“Sólo hay algo peor que formar a tus empleados y que se vayan. No formarlos y que se queden”
Esta frase que se le atribuye a Henry Ford resuena en mi cabeza en muchos momentos y me hace pensar en dos cosas: En primer lugar, en el carácter cortoplacista, ignorante y egoísta de los que ven la formación como un gasto o una pérdida de tiempo. Y en segundo, que algunos aspectos esenciales siguen inmutables al paso del tiempo. Henri Ford dijo esta y otras genialidades hace más de 100 años. Y yo que me declaro un buscador de lo inmutable en la modernidad, me apasiona encontrar tesoros como este.
La primera reflexión también merece hacer una parada y mirarla con detenimiento. La visión de que quién se está formando, durante ese tiempo no está trabajando, es una interpretación sesgada ante las posibilidades infinitas que ofrece invertir en los empleados para que sean mejores. Es como pretender cortar leña con hacha que ya no corta, pero no poder parar a afilarla por no tener tiempo, ya que tenemos mucha leña por cortar. Es una espiral negativa que encierra un bucle perdedor. Porque con cada vez más esfuerzo el rendimiento es menor y la desmotivación mayor. Pararse un rato, afilar el hacha y que corte como nueva o mejor ¿sería una pérdida de tiempo o una inversión de tiempo?
No podemos ni imaginar la cantidad de empresas medianas y pequeñas, y algunas grandes también, que no invierten ni un euro en la formación de sus empleados. Y no sólo que no invierten, sino que ni siquiera aprovechan la formación que les podría salir gratis porque está subvencionada. En este país, en la nómina de cada trabajador se retiene una cantidad de dinero que las empresas deberían reclamar a la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (FUNDAE) para invertir en el desarrollo profesional de sus empleados. Ese dinero, si no se utiliza, se devuelve a las arcas del estado y ya no se puede recuperar.
Es una pena que este dinero no se reinvierta en los empleados por no saber que existe y una vergüenza si no se utiliza porque se niega o se esconde ese derecho al trabajador.
Ofrecer y estimular el aprendizaje en el puesto de trabajo destaca como una de las seis formas más importantes de retener talento y fidelizar a los empleados. Afirma Workday en RRHH Digital.
Las empresas son entes vivos que se van nutriendo de las generaciones que se incorporan al mundo laboral. La generación que está ocupando estas vacantes actualmente vienen con un nivel de tolerancia mucho menor sobre la pasividad de algunas empresas de no contemplar el desarrollo de sus empleados como un deber y una obligación más.
¿Por qué no acabar de nuevo con la frase que inspiró esta breve y contundente reflexión?
“Sólo hay algo peor que formar a tus empleados y que se vayan. No formarlos y que se queden”
Henry Ford
Manel Reyes
Socio-director
MRC International People Training